viernes, 28 de abril de 2017

Receta a Juicio: Sopa de lentejas

Esta semana volvió el invierno y parece que estamos en febrero en vez de finales de abril. Esto significa que podemos seguir haciendo platos de cuchara calentitos todavía...

Yo soy de las que van guardando todos los vídeos de recetas tipo Tasty que me llaman la atención, y después me olvido de ellos y nunca los hago... Eso me pasó con esta sopa de lentejas de Flavors, hasta que ayer, en busca de algo sencillo y caliente para hacer de comer la recuperé. Y qué alegría haberla guardado, porque está taaaan rica y es taaan fácil de hacer...



Como siempre, no seguí la receta al pie de la letra y la adapté un poco, así que la receta que pongo acá es la que yo hice (la original la pueden ver en el link de arriba).

Ingredientes (para unas 2 raciones contundentes)

- Lentejas (2 tazas de café). Yo usé de las normales, que tenía en casa, no rojas.
- 2 cebollas
- 1 zanahoria grande (ya que no usaba lentejas rojas, así le daba el color naranja a la sopa).
- 1 lata de tomate troceado.
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Agua (para cubrir).
- Cúrcuma, curry, pimentón dulce, sal y pimienta.
- Ricotta (opcional) para servir.

Elaboración

- Antes que nada, puse en remojo las lentejas, así tardaban menos en hacerse. Las puse unas 3-4 horas, pero se pueden dejar desde la noche de antes, o saltarse este paso y cocerlas más.
- Cortar la cebolla en cuadraditos, y sofreirla en una cacerola con el aceite.
- Rallar la zanahoria y agregarla a la cacerola.
- Cuando empiece a dorarse todo, añadir una cucharadita de cúrcuma, una de curry y otra de pimentón.
- Añadir también las lentejas (coladas si estaban en remojo). Dar un par de vueltas a todo que se mezcle bien y cubrir con agua (la justa para que quede todo tapado). Si no estaban en remojo las lentejas puede que necesite un poco más.
- Dejar que se cocine unos 20 minutos y luego añadir la lata de tomate triturado. Condimentamos con sal y pimienta y dejamos otros 15-20 minutos o hasta que esté blandito.

Truco: Como no me quedó tan espeso como esperaba, lo que hice fue sacar un par de cucharones de la sopa (sobretodo si quedan trozos grandes de cebolla/tomate) y los trituré con la minipimer y lo volví a mezclar con el resto.

Lo ideal es dejarla reposar un ratito y no comerla justo al apagar el fuego (yo la probé y de lo caliente que estaba parecía que no tenía gusto a nada... esperé 20 minutos, serví, y eso era magia...)

Además, yo la serví con una buena cucharada de ricotta. Quien me conoce, sabe que me encanta la ricotta. Y en este tipo de sopas/guisos me parece que le da un contraste genial, con esa cremosidad... (babeo de pensarlo). Por cierto, la ricotta acá se llama requesón! Pero suena mejor en italiano.


Como ven, otra receta fácil, con pocos ingredientes y muy sabrosa. Y como todos los guisos, se puede congelar y tenerla para cuando no tengamos tiempo/queramos cocinar. ¿Qué más podemos pedir?



viernes, 21 de abril de 2017

Sobre la incompatibilidad de comer saludable y tener vida social

No sé si les pasará pero, en mi caso, salir a comer con los amigos parece incompatible con llevar una alimentación saludable. Hamburguesas, pizzas, barbacoa, patatas fritas, nachos con salsa, helados y chucherías varias... Eso es lo que compone el menú habitual cuando nos juntamos.

¿Qué hacemos entonces? ¿No salir nunca? ¿Evitar la vida social y encerrarnos en casa a comer lechuga? Claramente, esa no es la solución, aunque hacerlo puede ayudarnos a cumplir nuestro objetivo de comer más sano...

El problema está en que todavía se piensa que las verduras son para hacer dieta, y no que pueden hacerse platos realmente sabrosos con ellas. Y que si uno tiene un peso adecuado, ¿para qué va a comer saludable? O que por un día de no comer bien no pasa nada... (excusa que se usa demasiado frecuentemente como para ser cierta).

Es muy difícil luchar en contra de esto, porque al fin y al cabo, es una falta de concienciacion sobre la importancia de la alimentación para la salud (y no sólo para controlar el peso). Es un dejarse llevar por lo que es más fácil, más cómodo y que además nos da placer: la comida rápida, ultraprocesada y ultrapalatable. Y por mucho que uno no quiera comer de estos productos, al final si los tenemos delante caemos: porque nos da hambre, porque todo el mundo come, porque no hay otra cosa, porque es algo muy sabroso, casi "adictivo" (que lo es...).

¿Entonces nos rendimos y aceptamos que si queremos seguir saliendo con nuestros amigos vamos a estar expuestos a esta comida basura y al final vamos a terminar comiendo? No, no es necesario que sea así.

Claro está, podemos intentar resistirnos y no caer en la tentación de comer esa porción de tarta de chocolate que nos mira desde la mesa... o decirnos que sólo vamos a comer una patata frita y ya está (ejem), o que sólo vamos a probar una cucharada de ese pote enorme de helado, que justo es tu sabor favorito (ejem ejem). Pero todos sabemos que esto no funciona. Si está ahí, al alcance de tu mano, es difícil contenerse (poder se puede, pero en ocasiones se nos hace muuuuuy difícil) (Nota: yo soy de las que siempre caen con lo de una sola cucharada y al final se terminan el helado entero).

Por ello, lo que vamos a intentar es evitar esas situaciones en las que tengamos que enfrentarnos directamente al peligro (es decir, a la comida basura). Lo primero que podemos hacer es buscar opciones de ocio que no sean salir de cañas/tapas/cena. ¡No todo tiene que ser comer! Se puede quedar para hacer algún deporte, desde senderismo en fin de semana, hasta un partido de fútbol, tenis o lo que sea. Así además de socializar hacemos ejercicio, lo cual es ideal para la salud. Pero también se podría quedar para jugar a juegos de mesa, mirar películas, o cualquier otra actividad que se les ocurra...

¿Y si dicen igualmente de salir a comer? En estos casos sería buena idea ofrecer opciones saludables: proponer un sitio para ir a cenar donde el menú no sean solo hamburguesas y pizzas y podamos pedir algún plato más sano. O si vamos a quedar en una casa, llevar una ensalada para compartir, fruta para todos o un postre casero. Así, tenemos alternativas más saludables a lo de siempre y además podemos conseguir que nuestros amigos se unan a esto de comer sano.

Ejemplo: alternativa al helado y al chocolate como postre, plato de fresas y naranja con canela para compartir.

No me malinterpreten, con esto no quiero decir que para llevar una alimentación sana no pueda comer una hamburguesa o tomar unos churros con chocolate, ni mucho menos. Ocasionalmente podemos hacerlo, lo que no es saludable es que sean todos los fines de semana, viernes, sábado y domingo. La cosa está en que salir a comer una hamburguesa con amigos es muy fácil, pero no lo es tanto si lo que quiero comer es brócoli y merluza. Ahí es cuando parece que tenemos que elegir entre nuestra alimentación y los amigos, cuando nos planteamos seriamente si es compatible comer sano y tener vida social.

Si sentís que estás en esta situación, aunque sea complicado, no te rindas. Busca alternativas, aportá opciones y seguro que conseguís que tanto tu alimentación como la de los que te rodean sea un poquito mejor.