martes, 22 de agosto de 2017

Comer saludable en vacaciones

Comer sano y estar de vacaciones parecen cosas contradictorias. Por lo general, se suele asociar las vacaciones con momento de disfrutar, y claro, cómo vamos a disfrutar "estando a dieta"... Y si encima nos vamos de viaje, no vamos a estar por ahí preocupándonos por la comida y pidiendo ensalada si podemos comer hamburguesa con patatas fritas. Y pasa lo que pasa, y llegamos a septiembre con dos o tres (si no más) kilos de más...

Pero esto no tiene por qué ser así. Es posible comer bien estando de viaje, sólo es cuestión de organizarse un poquito y esforzarse por incluir aquellos alimentos que suelen quedar fuera estos días: verduras, frutas, legumbres...

¿Cómo podemos hacerlo?

  • Si tenemos opción de cocinar (estamos en un apartamento o casa donde disponemos de cocina) y comemos en casa: este sería el caso más sencillo, nos da la posibilidad de seguir comiendo como en casa. Podemos aprovechar para hacer la compra en algún mercado, utilizar productos de la zona (verduras, pescados, carnes...) y cocinarlos como más nos guste. 
Incluyendo legumbres: falafel con ensalada

  • Si podemos cocinar pero comemos fuera (día en la playa, excursión a la montaña, lo que sea): en este caso, lo ideal sería tirar de tupper, que tenemos mil opciones sencillas, ricas y sanas. Acá les dejo un enlace donde Aitor Sánchez nos habla de qué podemos llevar en este tipo de excursiones. La idea igualmente sería la misma de siempre: priorizar verduras y hortalizas y acompañarla con proteína de calidad (garbanzos, pechuga de pollo, tofu...) y cereales (mejor integrales, como arroz o pasta) o tubérculos (patata cocida, boniato...). Otra opción más usual es la de preparar bocadillos, pero podemos cambiar el típico embutido por verduras a la plancha, hummus, guacamole y queso fresco...

Sandwichs con verduras a la plancha, queso y jamón 91% carne.
  • Si no tenemos posibilidad de cocinar (no hay cocina donde nos alojamos) es una buena idea tirar de alimentos que se puedan comprar listos para consumir, eligiendo aquellas opciones más saludables dentro de las que nos ofrece la industria. Un hummus con zanahorias y tomates cherrys, una tortilla, huevos cocidos, potecitos de arroz/quinoa que ya vienen cocidos, conservas de pescado... Si bien no es la opción ideal y perfecta (por ejemplo, la tortilla y el hummus posiblemente tengan aceite de girasol en lugar de ser de oliva), son alimentos válidos, mucho más saludable que las alternativas que se nos presentan (otros productos comprados como sandwiches o ensaladas preparadas) y muchas veces es mejor opción (y más económico) que comer en un establecimiento. 





Comida preparada sin cocinar: base de espinacas, botecito de arroz y quinoa integral, lata de atún en aceite de oliva y tomates cherry

  • Si comemos en un restaurante/bar/cafetería: la cuestión aquí está en elegir bien lo que vamos a comer, intentando incluir un plato de verduras, pedir pescado en lugar de carne, compartir cuando las raciones son muy grandes, elegir técnicas culinarias ligeras... También puede ser útil leer opiniones antes de elegir el lugar, buscar el menú por internet (cosa de no llegar y encontrarnos que sólo venden hamburguesas y cosas fritas). De beber, en este caso y en todos los anteriores: el agua es la mejor opción.
Ensalada con queso de cabra para compartir

Todas las fotos que comparto son ejemplos de mi último viaje, donde procuré llevar una alimentación lo más parecida a la habitual, adaptándola al sitio donde estaba y a las circunstancias de cada día. Tengo que decir que también cayó alguna comida no tan "healthy" (véase noche de hamburguesa con queso, probar los bollos de mantequilla típicos de la ciudad...), pero si comemos bien el resto de días, una comida no va a suponer ningún problema. Piensen que si las vacaciones duran una semana y contamos desayuno, comida y cena, tenemos 21 ingestas en total: que una, dos o tres de ellas no sean saludables no va a suponer nada mientras las restantes las hagamos bien. Lo que no podemos hacer es pensar que por estar de vacaciones nos tenemos que hinchar a comer en todo momento y "aprovechar" para comer lo más rico y sabroso (¿cómo voy a comer fruta de postre si puedo tomar helado?). 

En definitiva, lo que me ayuda a mí en estos casos es priorizar siempre las verduras, incluyendo tanto en la comida como en la cena una ración de vegetales (sea cocinando en casa, en un tupper o bocadillo o pidiendo una ensalada en un restaurante); aprovechar para consumir la fruta como snack (media mañana o merienda) y/o en el desayuno; comer con hambre y hasta saciar el hambre (no comer por comer, ni hincharse hasta reventar).

Y ya si además de esto, procuramos realizar un turismo activo (recorrer la ciudad a pie o en bicicleta, hacer excursiones de senderismo...) seguro que volvemos a la rutina con el mismo peso con el que nos fuimos y sabiendo que hemos hecho lo posible por disfrutar de unas vacaciones saludables. 

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