Si bien podemos encontrarlo en ciertos establecimientos de cocina árabe (como he dicho, en cualquier kebab suele haber) yo recomiendo hacerlo en casa, sobretodo para controlar las especias que le ponemos (y cantidad de las mismas), aunque también porque lo podemos cocinar en el horno o en la sartén en vez de frito, con lo que queda mucho más ligero. Y encima es re fácil de preparar y si hacemos bastantes lo podemos congelar y ya tenemos otra comida lista.
Si todavía no te parecen motivos suficientes para hacerlo, además te voy a contar que el falafel es una comida apta para vegetarianos, veganos, celiacos (siempre que usemos una avena sin trazas de gluten), intolerantes a la lactosa... así que si tenés amigos que sigan este tipo de alimentación, ya sabés qué cocinarles. Todo son ventajas <3
Si todavía no te parecen motivos suficientes para hacerlo, además te voy a contar que el falafel es una comida apta para vegetarianos, veganos, celiacos (siempre que usemos una avena sin trazas de gluten), intolerantes a la lactosa... así que si tenés amigos que sigan este tipo de alimentación, ya sabés qué cocinarles. Todo son ventajas <3
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Falafel al horno con ensalada |
La receta que voy a dar es la que hacemos en casa. No es la clásica, pero para mi gusto sale muy rica,y tiene un ingrediente inusual que le da una jugosidad extra (más que nada si lo hacemos al horno o a la sartén, que quedan más sequitos...): ¡el calabacín!
Ingredientes (para unos 10 falafel, aunque dependerá del tamaño...)
- Garbanzos secos (1/2 taza, unos 120g en seco)
- 1/2 cebolla
- 1 diente de ajo (sin germen mejor, y puede ser opcional o cambiarse por ajo en polvo).
- Un trozo de calabacín (4 dedos aprox)
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharada de perejil o cilantro (fresco sería ideal, pero con el seco sale igualmente bien)
- 1 cuch levadura en polvo (tipo polvo royal) o bicarbonato
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva (para cocinar)
Opcional: un poco de avena o harina de avena para espesar y darle forma.
- 1/2 cebolla
- 1 diente de ajo (sin germen mejor, y puede ser opcional o cambiarse por ajo en polvo).
- Un trozo de calabacín (4 dedos aprox)
- 1 cucharadita de comino
- 1 cucharada de perejil o cilantro (fresco sería ideal, pero con el seco sale igualmente bien)
- 1 cuch levadura en polvo (tipo polvo royal) o bicarbonato
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva (para cocinar)
Opcional: un poco de avena o harina de avena para espesar y darle forma.
Elaboración
- Poner los garbanzos en agua fría y dejar en remojo toda la noche.
- Rallar el calabacín y escurrirlo en un paño para que pierda parte del agua.
- Escurrir los garbanzos y ponerlos en el vaso de la batidora junto la cebolla y el ajo. Triturar un poco, hasta romper los garbanzos (aunque tampoco pasa nada si quedan trozos, va un poco a gusto de cada uno). Añadirle el calabacín y las especias y mezclar bien. Aquí podríamos volver a triturar un poco para que se junte todo.
- A la hora de armarlas, si queremos darle forma puede ser útil añadirle a la mezcla un par de cucharadas grandes de avena o harina de avena, porque si no es difícil de manipular. Otra opción es simplemente darle forma con la misma cuchara al ponerlos en la sartén/bandeja (haciendo pegotitos). Yo prefiero hacerlos aplastados tipo "hamburguesitas" y no en bolitas, que es la forma tradicional, porque así se cocina mejor en el horno/sartén.
- Para cocinar tenemos dos opciones:
+ Ponerlos en una bandeja de horno con un chorrito de aceite y hornear por 30-45 minutos, calor arriba y abajo (darle la vuelta a la mitad).
+ Cocinar en una sartén, con un chorrito de aceite. Se hacen más rápido y quedan igual de ricos.
- Lo ideal es acompañarlos con una buena ensalada. También es habitual acompañarlos de salsa de yogur (mejor si es casera).
Valoración nutricional (ración de 5 falafel, si hacemos 10, sin avena)
Energía (kcal)
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264
|
HC (g)
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37,3
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Proteínas (g)
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11,6
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Lípidos (g)
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8,6
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Al estar hecho básicamente con garbanzos, esta receta nos aporta todos sus nutrientes: proteína vegetal de calidad (es completa, tiene todos los aminoácidos esenciales), fibra, vitaminas (principamente del complejo B) y minerales como el potasio, magnesio, calcio, hierro y zinc.
Los garbanzos son un súperalimento en toda regla: nutritivos, económicos y sostenibles. No hay motivos para no incluirlos en nuestra dieta, ¡incluso en verano!
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