¿Les suenan todas estas frases? El desayuno es la ingesta más mitificada. Desde chicos nos inculcan que desayunar es primordial y nos machacan con la triada de lácteo, cereales y fruta, que se traduce en un vaso de leche con colacao, cereales o galletas azucaradas y zumo. De hecho, es algo que se sigue enseñando día a día en todos los colegios. ¿Pero es cierto todo esto?
En primer lugar, el desayuno NO es imprescindible. Al menos no como se entiende: no es necesario comer algo nada más levantarnos. Si entendemos desayuno como "romper el ayuno" podemos retrasarlo tanto como queramos (por ejemplo, hasta la media mañana o hasta la hora de la comida). Además, numerosos estudios han demostrado que no es obligatorio hacer 5 comidas al día para llevar una alimentación sana. Podemos no desayunar y hacer 4 o 3 comidas al día, y sería igual de saludable. Lo importante es el conjunto de lo que comemos a lo largo del día. Por esto mismo, el desayuno NO es la comida más importante del día, es tan importante como el resto de comidas que hagamos.
Pero entonces, desayuno, ¿sí o no? Muy sencillo:
- Si te levantas con hambre por la mañana, mejor desayunar y no aguantar el hambre, que luego nos puede llevar a tomar malas elecciones fuera de casa (como comprar cualquier cosa en la máquina de snacks).
- Si por el contrario no te entra nada a primera hora, no te obligues a desayunar. Ya te dará hambre más tarde y podrás comer algo (que para eso vivimos en el primer mundo y el acceso a los alimentos no es un problema).
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Ejemplo de desayuno saludable: tostada centeno integral, aguacate y huevo. |
Desayunes a primera hora o no, lo que sí hay que cuidar es qué alimentos incluimos en esta ingesta. Por lo general, el desayuno es una de las comidas menos saludables. El márketing y la educación que se nos ha dado sobre nutrición nos han condicionado a elegir un tipo de alimentos muy concretos y limitados a esta comida. Tenemos cereales de desayuno, galletas de desayuno, zumos, preparados lácteos, mermeladas y untables, todos orientados a que sean comidos en esta ingesta. No hay productos específicos para otras comidas (no hay legumbres específicas para comer o brócoli que sea sólo para la cena....) y tampoco tenemos un patrón tan repetitivo en esas otras comidas como lo tenemos con el desayuno: son muchos quienes desayunan día tras día lo mismo, su café con su tostada con mantequilla y mermelada, o su leche con colacao y 5 galletas para los niños.
Estos alimentos "de desayuno" no deberían formar parte de nuestra dieta habitual, ya que son ricos en azúcar, grasas de mala calidad, harinas refinadas y aportan pocos nutrientes. Es decir, ricos en calorías vacías, alimentos superfluos que deberíamos evitar.
¿Qué se puede desayunar entonces? Básicamente, cualquier alimento que sea saludable. Y no, no es necesario que se cumpla el trío de lácteo + cereales+ fruta. Una fruta y un puñado de frutos secos, una tostada con hummus de garbanzo, huevos revueltos, yogur con avena, sobras de la cena anterior... todo es válido, ya que NO existe el desayuno ideal. Cada uno debe desayunar en función de sus necesidades y sus gustos, y mientras sean alimentos de calidad (reales y no ultraprocesados) y a lo largo del día llevemos una alimentación completa y bien planteada, no hay ningún problema.
Nota: si quieres saber más sobre qué es comida real te aconsejo que leas este artículo del Nutricionista Carlos Ríos de su blog RealFooding
En resumen: si te levantas sin hambre, no desayunes y procurá que tu primera comida sea saludable. Si por el contrario, te gusta desayunar y al levantarte tenés apetito, ¡adelante!, disfruta de un desayuno eligiendo igualmente alimentos saludables. Lo importante es qué comemos y no tanto si lo hacemos a las 7.30 de la mañana o a las 11.00 hs.
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