sábado, 29 de octubre de 2016

Sobre la dieta baja en carbohidratos

[Antes de entrenar]
- ¡Qué hambre tengo! 
+ ¿No merendaste nada?
- Sí, (con cara de asco) un tomate cortado y una lata de atún. Pero tengo hambre igual. Me comería un trozo de pan.
+ ¿Y por qué no lo comiste con el tomate y el atún o comiste algo más?
- Es que estoy haciendo una dieta baja en hidratos. 
+ ¿Y eso?
- Tengo que  perder dos kilos (agarrándose una chicha casi inexistente en la panza). Sólo como hidratos en el desayuno, que tomo avena. Estoy deseando que sea mañana y comer la estúpida avena.
+ Ajá... 

Llegado a ese punto de la conversación me di la vuelta y pensé "do not make me use my nutrionist voice", así, en inglés y todo. 

Pero decidí que sí iba a usar mi voz de nutricionista, pero por acá. Y les voy a contar lo (no mucho) que sé sobre las dietas bajas en carbohidratos, que, como su nombre indica, son aquellas en las que se restringen los alimentos ricos en hidratos de carbono

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Antes que nada, ¿sabemos qué son los hidratos de carbono? 

Los hidratos de carbonos o carbohidratos son un macronitriente (al igual que las proteínas y los lípidos) cuya función principal es aportar energía al organismo. Los alimentos en los que se encuentran principalmente son: los cereales, los tubérculos, las frutas y las legumbres, aunque también están presentes en otros alimentos (en menor medida) como los lácteos, los frutos secos o las verduras y hortalizas. Tampoco tenemos que olvidarnos de los productos (que no alimentos) procesados que contienen azúcar y, por lo tanto, nos aportan también hidratos de carbono: la bollería, los dulces en general, las bebidas azucaradas, etc.

Una dieta baja en hidratos de carbono excluye los grupos de alimentos ricos en este nutriente, como pueden ser el pan, la pasta, el arroz y el resto de cereales, las legumbres, la patata, los dulces y las frutas (o al menos las limita).

¿En qué se basa la dieta baja en carbohidratos?

La insulina es la hormona que regula los niveles de azúcar en sangre y participa en los procesos de almacenamiento de energía.  Una de sus funciones es mandar señales a las células adiposas para que almacenen grasa, así como favorecer la lipogénesis (creación de grasa) e inhibir la lipólisis (rotura de las grasas). 

Esta dieta se apoya en la idea de que, al disminuir los hidratos de carbono se consigue bajar los niveles de insulina, de manera que se facilita el uso de la grasa almacenada y se logra la pérdida de peso. 

Hay numerosos estudios científicos que demuestran que este tipo de dietas bajas en carbohidratos pueden ser útiles para la pérdida de peso. Pero, ¿son saludables?

Eliminar los hidratos de nuestra dieta de manera repentina puede tener consecuencias negativas en el organismo (además de ser complicado, porque ya vimos que los hidratos están presentes en un montón de alimentos): puede ocasionar fatigas, mareos, estreñimiento, dolor de cabeza... La restricción de un grupo de alimentos puede ocasionar que tengamos más ganas de comer dichos alimentos prohibidos, con lo que es normal sentirse irritado, ansioso o de mal humor. Y si se continúa con este tipo de dieta a largo plazo pueden provocarse deficiencias nutricionales.

Además, al reducir los hidratos lo que hacemos es aumentar las proteínas y las grasas que consumimos, lo que también tiene sus problemas (sobrecarga del riñón y cetosis son dos de los principales). Por lo tanto, vemos que muy saludables no son.

Si bien hemos dicho que este tipo de dietas son útiles para bajar de peso, se trata sólo de un efecto a corto plazo. Está demostrado que a la larga estos resultados no se mantienen y que aquellos que han conseguido bajar unos kilos utilizando este método los recuperan en unos meses. Es una alimentación difícil de seguir debido a las muchas restricciones y a la poca variedad de alimentos y cuando volvemos a comer de manera habitual (es decir, incluyendo hidratos) por lo general se recupera el peso perdido.


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Por todo esto, no recomendaría a la población general seguir una dieta baja en hidratos de carbono con el objetivo de perder peso. No tenemos que considerar los hidratos como el malo malísimo de la alimentación y sacarlos a todos de nuestra dieta, si no que debemos incluir aquellos alimentos ricos en este nutriente pero que a la vez sean saludables (cereales integrales, tubérculos, legumbres, etc.) y evitar todos los productos procesados que también aportan muchos hidratos pero no son saludables (dígase: dulces, bollería, harinas refinadas, azúcar...).

Y a personas como la de la conversación que cité al principio les recomendaría que, si de verdad quieren perder peso, busquen a un profesional que les ayude a conseguir su objetivo con una alimentación saludable y sin tener que pasar hambre ni penurias para conseguirlo. Porque, aunque no lo crean, se puede perder peso sin dejar de comer. 

martes, 25 de octubre de 2016

Muesli de la abuela

Tarde pero seguro. Hoy sí voy a compartir con todos ustedes la receta del muesli más rico que hay: el de mi abuela.



El muesli es una mezcla de cereales, que suele incluir también frutos secos, semillas o frutas deshidratadas. Es un producto con un montón de nutrientes, ya que nos aporta hidratos complejos, vitaminas, minerales, fibra y grasa saludable (si lleva frutos secos y semillas).

Sin embargo, no todos los muesli son igual de saludables. Aquellos que compramos listos para consumir en los supermercados suelen estar cargados de azúcar y de grasa de mala calidad, sobretodo aquellos que son crujientes o las clásicas barritas. Sólo hace falta mirar la lista de ingredientes, donde vemos que el azúcar aparece numerosas veces y con diferentes nombres (jarabe de glucosa, caramelo, melaza...), que hay grasa de palma u otra grasa vegetal poco saludable, sal añadida, aromas, colorantes...

Por eso, si te gusta comer muesli en el desayuno, muchísimo mejor hacerlo en casa. De esta manera podemos controlar los ingredientes, elegir aquellos que nos gusten y que sean de calidad. Entre los ingredientes que podemos incluir tenemos:

Cereales: copos de maíz (sin azucarar), avena, cebada, arroz inflado... o cualquier otro que tengas/te guste, siempre mejor si son integrales.
- Frutos secos: Avellanas, nueces, almendras, cacahuete, anacardos...
- Semillas: de sésamo, calabaza, de girasol, lino...
- Frutas deshidratadas: pasas, arándanos secos, dátiles, manzana, orejones, chips de plátano...
Otros: para darle más sabor podemos usar canela, ralladura de limón o de naranja, cacao amargo (en polvo o trocitos que le incorporamos al final)...

Como ven, hay un sinfín de posibilidades en el universo del muesli. ¡Y lo bueno es que es muy fácil de hacer! Te contamos cómo:

Ingredientes 

- 2 y 1/2 tazas de frutos secos: nosotros pusimos una de nueces, una de almendras y otra de mix de frutos secos.
- 2 y 1/2 tazas de frutas deshidratadas: usamos pasas, arándanos y un mix de frutas (cocktail decía el paquete).
- 2 tazas de avena
- 3 tazas de copos de maíz
- 1/2 taza de aceite de girasol (u otro aceite suave)
- 3/4 o 1 taza de miel (de una buena). La cantidad depende de lo intensa que sea.


Elaboración


- Troceamos todos los frutos secos y los ponemos en un bol amplio.
- Añadimos las frutas, la avena y los cereales y mezclamos.
- En una cacerolita calentamos en aceite y la miel, sólo lo necesario para que ésta se derrita un poco.
- Tiramos la miel en el bol y mezclamos bien, hasta que esté todo bien integrado.
- Ponemos en una bandeja de horno grande y cocinamos por 20-30 min, o hasta que esté dorado.



Las cantidades que pusimos son para hacer muuuucho muesli. Nos salieron dos frascos grandes:


Si se guarda bien cerrado, aguanta varias semanas. Igualmente, con lo rico que está no les va a durar tanto...

Desayunar rico y sano es posible: hacé muesli.







viernes, 21 de octubre de 2016

Descubriendo el Bulgur: ensalada de Bulgur con pimientos

Posiblemente no te suene ni el nombre. O lo hayas escuchado pero no sepas lo que es. Pero es uno de los ingredientes más utilizados en países de oriente medio y África.

El Bulgur o Burghul es, básicamente, trigo partido, pero que pasa por un proceso de elaboración donde se cuecen los granos de trigo y luego se secan. En la cocina podríamos compararlo con el cuscús, y ambos se suelen usar para hacer la famosa ensalada tabulé.

La receta de hoy es una ensalada con bulgur y pimientos de todos los colores. Es una receta muy fácil y que triunfa: lo hizo en una clase de niños de 8 años, que se la comieron entera y disfrutaron un montón con un plato lleno de verduras (¡y crudas!). Si les gustó a ellos, le gusta a todo el mundo.



Ingredientes (para unas 4 personas)

- 2 tazas pequeñas de Bulgur
- 4 tazas pequeñas de agua
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento amarillo
- 1/2 cebolla
- 1 limón
- Aceite de oliva, sal, pimienta, hierbabuena o albahaca seca. 

Elaboración

- Cocemos el Bulgur como indica el paquete: con el doble de agua y unos 10 min. Yo lo dejé hasta que se absorbió toda el agua. Después lo dejamos enfriar.
- Cortamos la cebolla en cachitos chiquitos y la ponemos en un bol con agua (así suelta algo del sabor tan fuerte que tiene).
- Cortamos los pimientos en cuadraditos. 
- Mezclamos en un bol amplio el bulgur, el pimiento y la cebolla. Exprimimos el jugo de un limón y condimentamos con una cucharada de aceite, sal, pimienta y albahaca o hierbabuena (todo a gusto, hay que ir probando).

Valoración nutricional (por ración)

Energía (kcal)
354
Potasio (mg)
274
Hidratos de Carbono (g)
65
Fósforo (mg)
158
Proteínas (g)
11
Vit. B3 (mg)
3,3
Lípidos (g)
4,2
 Vit. B6 (mg)
0,3
Fibra (g)
6,1
Vit. C (mg)
87,3


Al ser un derivado del trigo, el bulgur es un alimento que nos aporta principalmente hidratos de carbono, como la pasta o el arroz. Es una buena alternativa a estos alimentos más tradicionales, para variar un poco las recetas y comer platos nuevos que rompan la monotonía que a veces se instala en nuestra cocina. 

domingo, 16 de octubre de 2016

Champiñones rellenos de espinaca

En ocasiones, cuando vamos a comprar vemos algún producto que nos inspira para cocinar un plato. Es exactamente lo que me pasó con esta receta: fui al mercado y vi unos champiñones portobello enormes que me enamoraron y sabía que los iba a hacer rellenos.


Los portobello son una variedad de champiñones que destacan por tener la parte externa de color marrón tostado y ser más firmes que los champiñones normales o blancos. Se pueden usar en crudo en ensaladas (aunque nunca los probé así) o para hacer a la plancha, en pizzas, en guisos... o al horno como en esta ocasión.

Ahora que estamos en otoño es el momento perfecto de probar recetas con este producto, ya que está de temporada. Y además se trata de un alimento muy interesante por sus propiedades nutricionales, sobretodo en personas que sigan una alimentación vegetariana o vegana: los champiñones son una fuente de proteínas vegetales (proporcionan 3,4 g de proteínas por cada 100g).  También son bajos en calorías, ricos en minerales, sobretodo en hierro, fósforo y potasio, y ricos en fibra. 

Después de todo esto seguro que estás deseando leer la receta:

Ingredientes 

- 12 champiñones portobello (eran unos 600 g)
- Espinacas congeladas (350 g aprox)
- Media cebolla
- 2 huevo
- 1 cucharada de queso de untar
- Aceite, sal, pimienta, nuez moscada
- Queso para gratinar


Elaboración

- Lavamos los champiñones y les cortamos el tallo (¡pero no lo tiren! pueden comerlo salteado, en revuelto o de cualquier forma que se les ocurra).
- Los untamos con un poquito de aceite y condimentamos con sal y pimienta, y los ponemos en una bandeja de horno y los metemos al horno bajito mientras preparamos el relleno.
- Para hacer el relleno, sofreímos en una sartén la cebolla con un chorrito de aceite. Cuando está tierna le agregamos las espinacas congeladas y dejamos a fuego bajo hasta que se cocinen.
- Añadimos el queso de untar y el huevo a las espinacas, y condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada. Apagamos el fuego y reservamos.
- Sacamos los champiñones del horno y los rellenamos con las espinacas. Les ponemos un poco de queso rallado encima y damos un par de vueltas al molinillo de pimienta encima.
- Los volvemos a meter en el horno hasta que el queso esté fundido y/o gratinado.


Valoración nutricional (por ración = 3 champiñones)

Energía (kcal)
250
Fósforo (mg)
410
Hidratos de Carbono (g)
4,3
Potasio (mg)
1078
Proteínas (g)
17
Hierro (mg)
4,5
Lípidos (g)
16
Ác. Fólico (µg)
230
Fibra (g)
7,4
Vit. B2 (mg)
0,81

La combinación de champiñones con espinaca y queso nos ofrece un alto contenido en proteínas, hierro y ácido fólico, entre otros minerales y vitaminas. Los lípidos son aportados principalmente por el queso, así que podríamos utilizar uno bajo en grasa para hacer la receta aún más ligera.


Así nos quedaron por dentro. No hace falta decir que estaban muy ricos y muy bonitos. Y si no lo creen, ¡hagan la receta y compruebenlo por ustedes mismos!

miércoles, 12 de octubre de 2016

Sopa (o crema) de calabaza

La sopa crema de calabaza (o sólo crema de calabaza, como les guste) es un plato perfecto para el otoño. Viene genial para una cena ligera y se puede dejar preparada con tiempo, así cuando llegamos a casa sólo tenemos que calentarla y comer. 


Ingredientes (salen unos 3 platos)

- Media calabaza
- 1 cebolla media
- 1 zanahoria
- 1 patata mediana
- Un trozo de apio
- Aceite, sal, pimienta y nuez moscada
- Semillas de calabaza para decorar

Elaboración

- En una cacerola grandecita (se cocina todo ahí) ponemos un chorrito de aceite y sofreimos la cebolla, la zanahoria y el apio. No hace falta cortar trozos muy pequeños porque se va a triturar todo luego.
- Condimentamos con sal y pimienta (poco, para corregir al final).
- Añadimos la calabaza y la patata en trozos grandes y cubrimos con agua.
-Cocinamos hasta que esté todo blandito. Sacamos del fuego y trituramos (con cuidado de no salpicar y quemarnos).
- Corregimos de sal y pimienta y rallamos una pizca de nuez moscada.
- Servimos y decoramos con semillas de calabaza y un chorrito de aceite de oliva.

Valoración nutricional (por ración)

Energía (kcal)
152
Potasio (mg)
911
Hidratos de carbono (g)
20,8
Hierro (mg)
1,7
Proteínas (g)
4,2
Vit. C (mg)
33
Lípidos (g)
4
Ác. Fólico (µg)
73
Colesterol (mg)
0
Carotenos (µg)
3999
Fibra (g)
6,2
Vit A (µg)
680


Como podemos ver, es un plato rico en vitamina A, C y B9 (ác. fólico), además de que contiene muy pocas calorías y es muy saciante por la fibra. ¡Imperdible para este otoño!

domingo, 2 de octubre de 2016

Receta a Juicio: Calabacines con salsa de tomate

Facebook está lleno de páginas de recetas que nos las muestran en vídeos cortitos. En Receta a Juicio probamos un plato propuesto por Sabores: Calabacines horneados con salsa de tomate casera

En el link pueden ver el vídeo, donde muestran cómo hacerlo paso a paso. Nosotros modificamos ligeramente la receta, por simple gusto o comodidad. Así nos quedó:


Ingredientes (para 3 raciones aprox.)

Para la salsa: - 1 lata de tomate entero natural
                      - 1 cebolla
                      - 1 zanahoria
                      - Aceite de oliva (1 cucharada)
                      - Sal, pimienta, perejil, ajo en polvo

Para montarlo: - 2 calabacines grandes
                        - Queso tierno (unos 80-100g)

Elaboración

- Cortamos la cebolla y la zanahoria (en taquitos o rodajas) y la sofreimos con aceite de oliva. 
- Añadimos la lata de tomate, y dejamos cocinar a fuego suave. 
- Condimentamos con sal, pimienta, ajo en polvo y perejil. 
- Cuando está todo tierno, trituramos con minipimer y reservamos.
- Por otro lado cortamos los calabacines a lo largo, lo más fino posible (tener una mandolina ayuda, pero a mano también se puede hacer).
- Montamos: ponemos una primera capa de rodajas de calabacín en un molde apto para el horno. Lo cubrimos con 2-3 cucharadas de salsa de tomate. Otra vez calabacín, queso tierno rallado, más calabacín, salsa de tomate, calabacín, salsa de tomate. Yo ahí ya terminé con todo, pero seguiríamos repitiendo más hasta que no nos quede ni calabacín ni salsa. 
- Lo metemos al horno una media hora y listo. Yo lo saqué cuando casi estaba y le rallé un poco más de queso arriba

                           

Como ven, hemos utilizado tomate en lata en vez de fresco, lo cual es más práctico y rápido y queda igual de bueno. No le añadimos azúcar a la salsa porque no fue necesario, y cambiamos el laurel por perejil (por que era lo que teníamos en casa). 

Valoración nutricional (por ración)

Energía
 240 kcal
Calcio
330 mg
Hidratos de carbono
14 g
Fósforo
245 mg
Lípidos
14 g
Sodio
264 mg
Proteínas
14,3 g
Vit. A
370 µg
Fibra
6 g
Ác. Fólico (B9)
63 µg
Colesterol
33,3 mg
Vit. C
58 mg 

* En la valoración nutricional hemos señalado sólo los micronutrientes más relevantes (minerales y vitaminas que aporta principalmente). La estimación se ha hecho con queso edam (45% grasa), con lo cual puede variar si utilizamos otros quesos (los quesos frescos o light aportan menos grasa, por lo que también disminuirán las calorías). 

El restultado: un plato muy sabroso (se nota que la salsa de tomate es casera) y ligero, perfecto para cenar.


 NOTA: 5 sobre 5

Se nos ocurre que para la próxima se puede probar alternar calabacín con berenjena, o ponerle atún natural si queremos añadir algo más de proteínas al plato, o utilizar otro queso más magro si queremos diminuir la cantidad de lípidos.

También se podría hacer una bandeja grande y congelar porciones, así tenemos una opción saludable y rápida cuando llegamos a casa después de un largo día y no tenemos tiempo ni ganas de cocinar.