miércoles, 28 de septiembre de 2016

El aguacate está de moda

Es indudable: el aguacate está de moda.

Confieso que hasta hace una semana yo no había probado el aguacate. Pero después de ver tantas recetas sabía que tenía que probarlo. 

Así que compré un aguacate. Lo comí en una ensalada de quinoa, en un bocadillo con tomate y queso mozzarella y también untado en tostadas con queso crema. Pero de ninguna manera me terminaba de convencer. Es decir, puedo comerlo, pero no me parece algo taaaan genial como al resto de la humanidad. 

Por eso decidí arriesgarme. En una de mis muchas incursiones a blogs de recetas, encontré una tarta vegana de chocolate con una pinta alucinante. Se trata de la "Tarta cremosa de chocolate" de LALA KITCHEN. Y uno de sus ingredientes era el aguacate. 

Con el medio aguacate que tenía hice una pequeña prueba de lo que es el relleno de la tarta. Así quedó:

Era tan poco cantidad que todo lo que salió está en la foto. Un único postrecito que bien podía ser un éxito o todo un fracaso. La receta que hice, inspirada en la de la tarta de LALA KITCHEN pero medio improvisada sobre la macha, fue la siguiente:

Ingredientes:

- Medio aguacate.
- Cacao amargo (como 3 cucharadas de postre)
- Miel (1 cucharada de postre grande)
- Queso de untar (1 cucharada sopera)
- Un par de gotitas de esencia de vainilla
- Galleta maría integral (de las que había por mi casa)
- Un chorrito de leche (para mojar las galletas)

Elaboración:

- En bol poner el aguacate, el queso, la miel y el cacao. Mezclar bien con una batidora hasta que quede homogéneo. Probar (importantísimo) y ajustar de miel o cacao.
- Preparar el postrecito: en la base poner un par de galletas troceadas y mojadas en leche. Volcar toda la mezcla de chocolate encima.
- Guardar en el frigo y comer!


El resultado es un postre muy cremoso, con un sabor muy intenso a chocolate. Lo mejor es no decir cuál es el ingrediente principal, al menos hasta que lo prueben, y así nos ahorramos rechazos. A mí me pasó en casa.
Me parece una gran idea para hacer un dulce con una textura tan cremosa y que no lleve nata. Tanto la nata como el aguacate son alimentos ricos en grasa, pero la diferencia está en el tipo de grasa que tiene cada uno: mientras la nata tiene grasas saturadas (más relacionadas con enfermedades cardiovasculares y con el aumento del colesterol), el aguacate es rico en grasas vegetales monoinsaturadas, que ayudan a disminuir el colesterol malo (LDL) y aumentar el HDL (el bueno). 

Como punto negativo, no creo que se pueda variar mucho el sabor, ya que es el cacao con su sabor fuerte el que esconde el sabor propio del aguacate. No me imagino esta receta sin cacao, pero si alguien la prueba o se le ocurre alguna otra alternativa ¡que lo cuente!

Con todo, es una receta que puede que repita algún día y que recomiendo que prueben tanto si son fans del aguacate como si no. 


viernes, 23 de septiembre de 2016

Receta: Pastel de zapallo y carne

Hoy les traemos un plato riquísimo y muy completo, con uno de mis alimentos preferidos: el zapallo o calabaza.

La calabaza es una hortaliza con un elevado contenido en agua y un aporte muy bajo de calorías. Nos aporta mucha fibra y además es rica en betacarotenos (de ahí su color naranja), que son precursores de la vitamina A.

Esta receta una versión del clásico pastel de papa argentino, pero cambiamos parte de la papa por calabaza, lo que le da un sabor distinto y lo hace más ligero. 


Ingredientes (para 3-4 personas)

- Para el puré: medio zapallo/calabaza (yo usé del alargado, Cucurbita moschata sería la especie).
                       una papa/patata grande (o dos más chicas)
                       chorrito de leche
                       cucharadita de aceite de oliva
                       Sal, pimienta, nuez moscada
- Para el relleno de carne: 300g de carne picada 
                                          1 cebolla grande
                                          1 pimiento rojo mediano
                                          aceite de oliva
                                          Sal, pimienta, orégano
- Otros: un trozo de queso tierno (del que se funde) 
             2 cucharaditas de semillas: lino y sésamo
             2 cucharaditas de queso rallado

Elaboración

- Hervimos la papa y el zapallo. En nuestro caso, el zapallo lo cocinamos al vapor, para que pierda menos nutrientes (vitaminas y minerales que se van en el agua). 
- Con un tenedor o un pisapapas (o pasapuré, como les guste llamarlo) lo pisamos todo, le añadimos la leche, el aceite y condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada a gusto. Tiene que quedar un puré medio rústico, así que no se preocupen si quedan trocitos. 
- Por otro lado cortamos la cebolla y el pimiento en daditos chiquitos y los sofreimos con aceite. 
- Cuando estén blanditos añadimos la carne picada y dejamos que se cocine completamente, mezclando de vez en cuando y rompiendo los trozos grandes con la cuchara. Lo condimentamos con sal, pimienta y orégano.
- Preparamos un molde apto para el horno (nosotros usamos una bandeja de vidrio). Lo rociamos con aceite en spray.
- Ponemos una primera capa del puré de zapallo y papa. Sobre el puré colocamos todo el relleno de carne y lo desparramamos bien.  Ponemos encima trocitos de queso tierno y lo cubrimos todo con el puré restante. 
- Para finalizar, espolvoreamos encima las semillas y el queso rallado. 
- Colocamos en el horno fuerte con calor arriba, para que se dore la parte superior. 
-Sacamos del horno, dejamos enfriar un poco y servimos. 


Se puede comer solo o acompañado de una ensaladita. Es un plato que acepta muchísimas variaciones según lo que les guste más: se pueden añadir más verduras al relleno (puerro, pimiento verde, calabacín, berenjena...), quitar el queso, usar otras especias... Y lo más imporante, ¡está riquísimo y es muy sano!



miércoles, 21 de septiembre de 2016

Receta a Juicio: Nutella casera (la de Auxy Ordoñez)

Comenzamos con las Recetas a Juicio, donde iremos probando diferentes recetas que encontramos en internet principalmente para ver si es verdad que salen tan bien como las pintan.

La primera es una de las que más intriga me causaron: la de la nutella. ¿Quién no quiere poder comer esta crema taaaan rica y que además sea sana? Yo por supuesto que quiero, así que hice la prueba.

Todas las recetas que encontré en internet eran muy parecidas y consistían básicamente en triturar avellanas con cacao. Pero yo me dejé seducir por la cremosidad que mostraba la nutella de Auxy, quien incorpora en su receta un ingrediente para nada esperado: calabaza o zapallo (de ahí que le llame pumkitella).

Admito que no medí las cantidades (sigue siendo algo que me cuesta), porque quise probar con poquito al principio para tantear (si hacía mucho y tenía que tirarlo me iban a dar pena las avellanas desperdiciadas).

En resumen, la receta consiste en hacer una crema de avellanas (avellanas trituradas), que se mezcla en la misma procesadora/batidora/licuadora con cacao amargo, miel y calabaza asada o al vapor (yo usé esta última).



¿Resultado final? El siguiente pequeño potecito:


Si lo comparan con el del vídeo, salió mucho menos cremoso. La supuesta mantequilla de avellana no terminaba de quedar untuosa como la otra. De sabor: not bad, pero ni por asomo me recordó a la nutella. Mucho más sabor a avellana, eso sí. 

NOTA: 3 sobre 5.

Entonces, ¿se puede hacer nutella en casa? Definitivamente: NO. Ese sabor no se consigue, por lo menos no con esta receta. Lo siento, pero todavía no se puede disfrutar de ese sabor sin toda la grasa de palma y azúcar que contiene. Lo que se puede hacer es una crema de avellanas con cacao que no está mal, pero que tampoco se mata, ni te engancha como lo hace la original. 

Por el momento tendremos que conformarnos. Pero ya seguiremos intentándolo con otras recetas. Los mantendremos informados. 



viernes, 16 de septiembre de 2016

Probando el mijo: Ensalada de mijo, canónigos y tomate con pescadito.


Sí, el mijo es comida para pájaros. Pero también para personas. Es uno de los cereales más antiguos y hoy en día se sigue consumiendo en otros país, sobretodo de África y Asia.

Se trata de un cereal pequeño y redondo, parecido a un cuscus. Tiene la ventaja de que no contiene gluten, por lo que es apto para celiacos. Nutricionalmente es muy similar al trigo, aporta aproximadamente la misma cantidad de proteínas cada 100g y algo más de grasas (3,9g por 100g frente al 1,8 aproximadamente del trigo), pero se trata de grasas saludables. Además es rico en fibra, por lo que se dice que es muy bueno para la digestión. Y aporta minerales como hierro, magnesio y potasio.

Lo compré hace poco para probar. Es ecológico, pero no porque yo esté muy a favor de los productos ecológicos, si no porque es el único que encontré. También es de agricultura UE, lo que significa que ha sido cultivado en la Unión Europea, con lo que tiene menor impacto ambiental que si lo tienen que traer de otros continentes. Yo aconsejo mirar siempre esto, porque muchos productos ecológicos vienen de fuera y el impacto que no tienen al cultivarlos lo tienen en el transporte (otro día igualmente hablaremos del sello ecológico y lo que significa).

La primera vez que lo cociné me lo olvidé en el fuego y se me pasó de cocción (igualmente lo utilicé, otro día les cuento qué hice con él). Así que quise volver a probar de otra forma, y de ahí salió este plato.




Ensalada de mijo con canónigos y tomate con pescadito.

Ingredientes:


- Mijo (unos 60g por persona)
- 1 tomate
- 1 puñadito de canónigos
- Un filete de merluza u otro pescado blanco (yo usé congelado).
- Harina, huevo y leche para el "rebozado"
- Sal, aceite, perejil, pimienta.

Elaboración:

- Cocemos el mijo. Según el paquete: se lavan los granos en un colador y se cuecen con el doble de agua durante aprox. 20 minutos.
- Lo condimentamos con sal y pimienta, y lo mezclamos con el tomate cortadito y los canónigos.
Aliñamos con aceite de oliva.
- Mezclamos un huevo, con harina y leche hasta conseguir una masa entre líquido y sólido, que usaremos para el pescado.
- Salpimentamos el pescado (descongelado) y pasamos sólo una cara por la mezcla anterior.
- Lo cocinamos en una sartén con un chorrito de aceite (no hace falta freír). Le ponemos un poquito de perejil cuando todavía está en el fuego.
- Servimos el pescado encima de la ensalada.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Análisis de unas galletas de la máquina expendedora

Esta semana, hubo un día en el trabajo que me quedé con hambre y me dispuse a sacar algo de la máquina expendedora.  Se pueden imaginar lo que había ahí: barritas de chocolate, galletas rellenas, bollería, snaks salados y zumos. Todo super nutritivo. Ante estas opciones, elegí simplemente la que más me daban ganas de comer (porque sabía que todas eran igual de malas). Mi elección fueron unas galletas tipo Digestive de "Manzana y Avena". Me guardé el envoltorio para revisarlo, así que les cuento lo que vi.


Lo de "Manzana y Avena" lo pongo entrecomillas porque en los ingredientes, la manzana está en el sexto lugar, detrás de los cereales que lleva (avena, harina de trigo refinada y harina de trigo integral), el azúcar y la grasa vegetal (otra cosa fantástica que ahora veremos). Se supone que el orden de los ingredientes va de los tienen un mayor porcentaje de peso a los que están presentes en cantidades más pequeñas. Sería mejor entonces decir que la galleta es de Avena y Azúcar.

De manzana encontramos que tiene un 5,7% de "trocitos de manzana", pero que en realidad estos "trocitos" sólo tienen un 15% de puré concentrado de manzana, y el ingrediente principal es el jarabe de glucosa y fructosa (es decir, el azúcar).

Como ya dijimos, después de los cereales y el azúcar, y antes incluso que la manzana, el ingrediente que sale es grasa vegetal y entre paréntesis nos indican que es de palma. La nueva normativa obliga a que hagan esto, ya que grasa vegetal por sí solo no nos da suficiente información para saber si es de buena o mala calidad. Dentro de grasa vegetal podríamos hablar desde el aceite de oliva (buena calidad) hasta grasa de coco o palma (mala calidad). El motivo por el que no es saludable estas últimas grasas es porque tienen un alto contenido de grasas saturadas (concretamente en ácidos grasos saturados de cadena larga), cuyo consumo prolongado aumenta el colesterol LDL o colesterol malo.

Otra cosa que vemos en la etiqueta es que dice "fuente de fibra". Esto nos lo dicen porque  100g de producto tiene 5 g de fibra. Pero no nos comemos 100g, si no 43g (si nos comemos las 3 galletas que vienen en el paquete). La fibra por ración entonces sería de 2,1g. Si lo comparamos con una ración de manzana (una manzana mediana), vemos que nos aporta casi dos veces más de fibra: 3,6g. 

Y ya ni hablar de si comparamos estos dos productos en función de sus kcal. Estas tres galletitas aportan 210 kcal, mientras que la manzana no llega a las 100 (unas 96 kcal para una manzana de 200g de parte comestible).

Además, la manzana no tiene los 9,6g de grasa (de los cuales 4,5 g son grasa saturada) que tienen estas 3 galletas, ni los 12,6g de azúcar añadido (la manzana tiene azúcar presente de forma natural, que es muy diferente al azúcar añadido en los alimentos). Y ni mencionar los micronutrientes que nos ofrece la fruta (vitaminas y minerales).

Por si esto fuera poco, después de comerme estas 3 galletas ¡¡me quedé con hambre!! No me saciaron lo más mínimo, cosa que sí me pasa con la manzana. Me fui a trabajar casi igual que antes de comerme las galletas (con hambre) pero con más grasa y azúcar dentro... Y pensando que para la próxima llevaría una manzana extra en el bolso, por si las dudas...

De todo esto sacamos lo siguiente: es fundamental leer las etiquetas y saber interpretarlas para saber lo que estamos comiendo. ¡Tarea pendiente para todos!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Hay bocadillos más allá del embutido

De chiquita tenía la impresión de que, cuando tenía que hacerme un sanguche, la única opción era la de jamón y queso. Y a mí no me gustaba el jamón ni ningún embutido, así que la cosa se reducía a queso solo. Es normal que, con el tiempo, dejara de comer sanguches, salvo ocasiones de máxima necesidad.

Sin embargo, este verano que empecé a trabajar, vi que tenía que llevarme algo de comer más contundente que mis típicos snacks (fruta, frutos secos y yogur). Así que empecé a experimentar con bocadillos con otros ingredientes que no fueran embutidos. Y, sí, es posible. Hay muchas opciones más allá del sanguche de jamón y queso. Lo único que hace falta es animarse a probar cosas nuevas.

Mi favorito: mostaza dijon, berenjena a la plancha, queso gouda, tomate.

En esta entrada les propongo algunos rellenos para hacer bocadillos y sanguches más saludables. El pan, mucho mejor si es integral (puede ser de trigo, de centeno, con avena, con semillas...).

¿Qué podemos poner entre pan y pan?

- Verduras: tanto crudas como a la plancha o asadas: tomate, lechuga, canónigos, pepino, aguacate berenjena y calabacín a la plancha, pimiento asado, cebolla...
- Patés vegetales: hummus, baba ganoush (paté de berenjena), de champiñones, tapenade (de olivas)...
- Queso: mejor los quesos frescos (tienen menos grasas) que los más curados.
- Huevo: duro, en tortilla, revueltos, a la plancha...
- Carnes magras: a la plancha, asadas...
- Pescados: conservas de atún, caballa, melva, anchoas... también salmón ahumado.
- Para dar más sabor: mostaza, aceite de oliva, pesto, orégano, pimienta...


¡Seguro que con estas ideas son capaces de hacer un montón de combinaciones ricas y muy sanas!


Y si no se les ocurren, les dejo el enlace del blog de Natalia Moragues donde nos da 40 posibles bocadillos sin usar fiambres.




martes, 13 de septiembre de 2016

Lentejas con verduras y curry

Hoy traemos la receta de las lentejas con verduras, arroz integral y curry.



Las legumbres son una buena fuente de proteínas vegetales, si bien éstas no son completas ya que carecen del aminoácido esencia llamado metionina. Pero algo tan simple como consumirlas con cereales, ricos en este aminoácido, permiten obtener una proteína de elevado valor biológico.

Ingredientes (para unas dos raciones)

- 120g de lentejas secas. Las dejamos en remojo unas horas antes de empezar a cocinar. Yo calculo entre 50-60 g de legumbre seca por persona.
-50 g de arroz integral
- 1 cebolla mediana
- Medio pimiento rojo
- 1 zanahoria
- Un trozo de calabacín o zucchini
- Un buen trozo de calabaza (zapallo)
- Aceite de oliva
- Sal, pimienta, curry.

Elaboración

- Picamos la cebolla y el pimiento. Lo sofreímos en aceite de oliva en una cacerola.
- Añadimos la zanahoria en rodajas finas y el calabacín en daditos (o como más les guste).
- Pelamos la calabaza y la cortamos en trozos  grandes, y los ponemos también en la cacerola.
- Condimentamos con sal, pimienta y curry.
- Añadimos las lentejas, el arroz y cubrimos con agua.
- Dejamos cocinar hasta que las lentejas y la calabaza estén bien cocidas.
- Con un tenedor pisamos un poco la calabaza para que se rompa y espese el caldito. Este paso es truco de abuela y hace que el guiso quede mucho más rico.
- Corregir de sal y curry a gusto.
- Servir y disfrutar

Lo bueno de este tipo de platos es que se pueden adaptar a lo que haya en casa. Podemos añadir más verduras o cambiar alguna que no tengamos por puerro, apio, pimiento verde... también podemos poner papas en lugar de arroz... ¡ No hay excusas para no probar esta receta!

sábado, 10 de septiembre de 2016

Repostería más saludable: adaptación de bizcocho de zanahoria


Desde siempre me gustó mucho la repostería, pero desde que empecé a estudiar nutrición veo todo de otra forma. Ya es imposible silenciar mi voz de nutricionista que cada vez que veo un dulce me susurra la cantidad de azúcar, grasa de mala calidad y calorías vacías que debe tener.

Pero esto no me impide disfrutar de vez en cuando de cocinar y comer algo rico y bien goloso. Esta semana fue el turno del Bizcocho de zanahoria, uno de mis preferidos.



Lo que hicimos fue buscar una receta y modificarla para que sea más saludable. ¿Cómo? Muy sencillo: reduciendo la cantidad de azúcar y de aceite, además de usar un aceite de calidad (no margarina ni aceite refinado), y cambiando el harina blanco por su versión integral. De esta manera logramos un bizcocho con mucha más fibra, sin colesterol (al no usar mantequilla) y con grasa de calidad, y con mucha menos azúcar.

La receta base que usamos la sacamos de internet, concretamente del blog Secretos de pastelero. Para que vean cómo hemos adaptado la receta vamos a hacer la comparación entre la receta base y la que hemos hecho nosotros:

     Ingredientes receta base                                 Ingredientes receta hecha (salen unas 8 porciones)

 - 250 g de zanahoria                                                 - 250 g de zanahoria
 - 200 g de harina                                                      - 200 g de harina de trigo integral 
 - 4 huevos                                                                 - 4 huevos
 - 200 g de azúcar moreno                                         - 100 g de azúcar moreno
 - 125 ml de aceite                                                     - 50 ml de aceite de oliva virgen extra, y unas 2-3                                                                                       cucharadas de leche.
- 10 g de levadura                                                      - 10 g de levadura
- Canela                                                                      - Canela
                                                                                   - Nueces (opcional) u otros frutos secos


Elaboración

- Lavamos bien las zanahorias y las rallamos.
- En un bol batimos los huevos con 90 g azúcar (reservamos 10 g para el final). Mucho. Tiene que quedar una mezcla cremosa y espumosa. Mejor usar batidora eléctrica (de varillas), porque a mano va a ser más difícil llegar a conseguir la textura que queremos. Si no tienen se puede hacer igual, pero batir bien va a hacer que el bizcocho quede más esponjoso.
- Añadimos el aceite, la leche, la canela y la zanahoria y mezclamos bien.
- Incorporamos el harina y la levadura, y mezclamos con una espátula, realizándo movimientos envolventes. Si ven que está muy espeso, añadir un poquito más de leche (dependerá del tamaño de los huevos).
- Añadimos las nueces troceadas y mezclamos suavemente.
- Vertemos la mezcla en un molde. Nosotros usamos uno de silicona tipo plum cake o budín (de los alargaditos). Si no es de los que no se pegan, untar el molde con unas gotitas de aceite o rociarlo con un spray antiadherente.
- Espolvoreamos encima el azúcar que teníamos reservado.
- Horneamos unos 30-40 min, horno precalentado a 180ºC. Como cada horno es un mundo, yo recomiendo que a la media hora se compruebe cómo está con el clásico e infalible método del palito: pinchamos en el centro, si el palito sale limpio significa que ya está; si sale manchado lo dejamos 5-10 minutos más y volvemos a comprobar hasta que esté en su punto.



Queda un bizcocho muy rico, dulce (ni se nota que tiene la mitad del azúcar de la receta original) y muy jugoso

Eso sí, no aconsejo guardarlo mucho tiempo a temperatura ambiente si ésta es de más de 30ºC a la sombra. Tuvimos el pequeño despiste de dejarlo en un tupper (para que no se seque era la idea) guardado en la cocina, y a los dos días con el calor de Murcia se puso malito. Supongo que fue debido a la cantidad de zanahoria que tiene (que le da esa humedad que tanto nos gusta al comerlo pero que poco ayuda en su conservación) y al infernal calor que estuvo haciendo estos días. 
¿Solución? Se me ocurren varias: guardarlo en la nevera. Hacerlo en invierno. Congelarlo (sí, no pongan caras raras, ¡los bizcochos se congelan muy bien! Basta con envolver las porciones en papel film y sacarlos un ratito antes cuando queramos comerlos, ¡y listo!).

Espero que prueben hacerlo en casa y que les de tiempo a comérselo todo. ¡Porque les aseguro que está exquisito! 


jueves, 8 de septiembre de 2016

Tarta o quiche de puerro: el secreto de la masa

Soy muy fan de las tartas saladas. Es un plato muy versátil, admite infinidad de rellenos, es cómodo para llevar cuando tenemos que comer fuera y están riquísimas.

Cuando queremos hacerlas en casa, lo primero que pensamos es en comprar la masa. Las venden en el supermercado ya listas para usar, sólo tenemos que abrir el paquete y ponerlas en un molde. Error. Estas masas que compramos no son la opción más saludable: usan harinas refinadas y grasas hidrogenadas (generalmente de palma) que no aportan nada bueno. Por eso es mucho más conveniente hacer la masa en casa. No se tarda más de 10 minutos y podemos controlar los ingredientes que utilizamos.

La masa que les propongo hoy está hecha con una mezcla de diferentes cereales: harina integral de trigo, harina de espelta (también integral) y avena. Al utilizar las versiones integrales de estos cereales estamos incorporando muchísima fibra insoluble a nuestra dieta, que viene genial para saciarnos más y para facilitar el tránsito intestinal. Además, reducimos la cantidad de grasa y, lo más importante, utilizamos grasas de calidad (aceite de oliva virgen extra).



Ingredientes de la masa:

- Media taza de harina integral de trigo
- Media taza de harina integral de espelta
- Media taza de avena
- 1 huevo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Agua (c/n)
- Sal y pimienta

Ingredientes para el relleno de puerro:
- 2 puerros grandes
- Aceite de oliva
- 1 huevo
- 50 ml de leche evaporada (o nata para cocinar)
- 2 cucharadas de queso rallado
- Sal, pimienta y nuez moscada

Elaboración:

Primero lavamos y cortamos los puerros, y los salteamos con un poco de aceite en una sartén, a fuego medio. Condimentamos con sal y pimienta y reservamos.

Para la masa, ponemos todos los ingredientes secos en un bol/cuenco. Hacemos un hueco en el centro y añadimos el huevo, el aceite y un poco de agua. Mezclamos con una cuchara y vamos añadiendo más agua si es necesario. Cuando se forme una masa consistente y ya no se puede mezclar más con la cuchara, es hora de meter mano: amasamos hasta obtener una masa homogénea.

Enharinamos una superficie y estiramos con un rodillo hasta que tenga el tamaño o el grosos deseado.
Colocamos la masa en un molde o bandeja para horno que podemos untar con unas gotitas de aceite o ponerle papel de horno para que no se pegue. Yo usé un spray de aceite para cocinar, que son muy prácticos para este tipo de cosas.

Ponemos nuestro puerro salteado sobre la masa (la hemos dejado cruda, en este caso hemos optado por cocinar todo junto, de forma que ahorramos tiempo).

En un bol batimos el huevo, con la leche evaporada y el queso rallado y lo condimentamos con un poquito de nuez moscada. Tiramos esta mezcla sobre el puerro.

Introducimos en horno precalentado, temperatura media-alta (unos 180ºC) unos 20-30 minutos, hasta que quede doradita la parte superior.



Se puede comer fría o caliente, y acompañada de una buena ensalada es una comida muy completa.

Como ya dije, hay millones posibilidades de rellenos. Aprovechen lo que tengan en casa y ¡anímense a cocinar!



lunes, 5 de septiembre de 2016

Helado de plátano: todavía no acaba el verano

Sí, ya sé que estamos en septiembre. Pero todavía hace calor, y mientras así sea, es tiempo de helado. Y yo soy muy fan del helado (lo sabe todo el mundo).

Por eso, uno de los objetivos de este verano fue encontrar una receta de helado más saludable. Y después de varias pruebas fallidas y muchas búsquedas por internet, hallé la solución. ¡Quién me iba a decir que era tan fácil!

La respuesta a todas nuestras plegarias es... EL PLÁTANO

La receta la leí en el blog Dime qué comes, donde pueden ver otras recetas de helados saludables.
Luego la vi publicada en otros blogs, así como en vídeos de facebook tipo Tasty. Así que decidí probar.

He aquí mi resultado:
Helado de plátano y miel

No voy a mentir...no queda igual que un helado de dulce de leche y stracciatella. Pero se defiende muy bien. Queda muy cremoso y admite variaciones. Y lo más importante: es sano y fácil de hacer.


Ingredientes: 

- 1 plátano, previamente congelado en trozos. Se pueden aprovechar los que ya están maduritos y - blandurrios.
- Un chorrito de leche (puede usarse cualquier bebida vegetal).
- Cucharadita de miel (o de sirope de agave, stevia o cualquier edulcorante a gusto).

Elaboración:

Tan sencillo como poner todo en una batidora/procesadora. Triturar por unos cuantos minutos y listo. Al principio puede parecer que cuesta, pero poco a poco van a ver que se crea una mezcla muy cremosa.

Puede acompañarse con cualquier topping (frutos secos, chocolate puro rallado, fruta fresca...) o ponerle algún sabor a la mezcla. Yo probé ponerle cacao en polvo y hacer de chocolate, pero también se puede hacer con otras frutas (previamente congeladas), con crema de cacahuete, o con lo que se les ocurra. Improvisar y probar.

Una opción muy saludable para cuando tenemos ganas de comer un helado cremoso, sólo hay que acordarse de tener plátanos congelados y voalá!