jueves, 15 de septiembre de 2016

Análisis de unas galletas de la máquina expendedora

Esta semana, hubo un día en el trabajo que me quedé con hambre y me dispuse a sacar algo de la máquina expendedora.  Se pueden imaginar lo que había ahí: barritas de chocolate, galletas rellenas, bollería, snaks salados y zumos. Todo super nutritivo. Ante estas opciones, elegí simplemente la que más me daban ganas de comer (porque sabía que todas eran igual de malas). Mi elección fueron unas galletas tipo Digestive de "Manzana y Avena". Me guardé el envoltorio para revisarlo, así que les cuento lo que vi.


Lo de "Manzana y Avena" lo pongo entrecomillas porque en los ingredientes, la manzana está en el sexto lugar, detrás de los cereales que lleva (avena, harina de trigo refinada y harina de trigo integral), el azúcar y la grasa vegetal (otra cosa fantástica que ahora veremos). Se supone que el orden de los ingredientes va de los tienen un mayor porcentaje de peso a los que están presentes en cantidades más pequeñas. Sería mejor entonces decir que la galleta es de Avena y Azúcar.

De manzana encontramos que tiene un 5,7% de "trocitos de manzana", pero que en realidad estos "trocitos" sólo tienen un 15% de puré concentrado de manzana, y el ingrediente principal es el jarabe de glucosa y fructosa (es decir, el azúcar).

Como ya dijimos, después de los cereales y el azúcar, y antes incluso que la manzana, el ingrediente que sale es grasa vegetal y entre paréntesis nos indican que es de palma. La nueva normativa obliga a que hagan esto, ya que grasa vegetal por sí solo no nos da suficiente información para saber si es de buena o mala calidad. Dentro de grasa vegetal podríamos hablar desde el aceite de oliva (buena calidad) hasta grasa de coco o palma (mala calidad). El motivo por el que no es saludable estas últimas grasas es porque tienen un alto contenido de grasas saturadas (concretamente en ácidos grasos saturados de cadena larga), cuyo consumo prolongado aumenta el colesterol LDL o colesterol malo.

Otra cosa que vemos en la etiqueta es que dice "fuente de fibra". Esto nos lo dicen porque  100g de producto tiene 5 g de fibra. Pero no nos comemos 100g, si no 43g (si nos comemos las 3 galletas que vienen en el paquete). La fibra por ración entonces sería de 2,1g. Si lo comparamos con una ración de manzana (una manzana mediana), vemos que nos aporta casi dos veces más de fibra: 3,6g. 

Y ya ni hablar de si comparamos estos dos productos en función de sus kcal. Estas tres galletitas aportan 210 kcal, mientras que la manzana no llega a las 100 (unas 96 kcal para una manzana de 200g de parte comestible).

Además, la manzana no tiene los 9,6g de grasa (de los cuales 4,5 g son grasa saturada) que tienen estas 3 galletas, ni los 12,6g de azúcar añadido (la manzana tiene azúcar presente de forma natural, que es muy diferente al azúcar añadido en los alimentos). Y ni mencionar los micronutrientes que nos ofrece la fruta (vitaminas y minerales).

Por si esto fuera poco, después de comerme estas 3 galletas ¡¡me quedé con hambre!! No me saciaron lo más mínimo, cosa que sí me pasa con la manzana. Me fui a trabajar casi igual que antes de comerme las galletas (con hambre) pero con más grasa y azúcar dentro... Y pensando que para la próxima llevaría una manzana extra en el bolso, por si las dudas...

De todo esto sacamos lo siguiente: es fundamental leer las etiquetas y saber interpretarlas para saber lo que estamos comiendo. ¡Tarea pendiente para todos!

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